En 1996 se creaba la Fundación Dieta Mediterránea para engrandecer el valor fundamental que representa y sus productos para la alimentación española y su industria. Desde 2016 Castilla-La Mancha, a través de su consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ostenta la presidencia de esta institución que fomenta los valores de la Dieta Mediterránea.
“Hay que recuperar las pautas de consumo relacionadas con la Dieta Mediterránea”
Pregunta.- ¿Desde cuándo ejerce como presidente de esta fundación y qué metas se ha propuesto?
Respuesta.- Castilla-La Mancha asumió la presidencia después de hacerse patrono de la Fundación Dieta Mediterránea hace ya dos años. Era la primera vez que una Comunidad Autónoma distinta de Cataluña, que había tenido la presidencia en ocasiones anteriores y que dirigía la Fundación, se hacía cargo. Nuestro objetivo es continuar otros dos años más y consolidar la Fundación en todo el país. Y en esta línea estamos trabajando desde que presidimos la institución, aumentando el número de patronos superándose ya la treintena, de empresas particulares del sector agroalimentario de este país y también de otras Comunidades Autónomas que se han incorporado en estos dos años en los que llevamos dirigiendo la fundación.
Queremos que la mayoría de Comunidades Autónomas formen parte de la misma y, también, al igual que ya lo hace el Ministerio de Agricultura, trabajamos para que se incorpore el de Sanidad. De lo que se trata es que entremos todas las administraciones y la representación del sector agroalimentario español, de tal manera que la fundación sea una entidad público-privada que defienda los hábitos de consumo de la Dieta Mediterránea de la mano de todos los implicados.
P.- ¿Qué es la Fundación Dieta Mediterránea y qué objetivos tiene?
R.- Los objetivos fundamentales son defender los hábitos de consumo de esta dieta en nuestro país y, además, difundir esos patrones de consumo saludables y fomentar todo aquello que está relacionado con la Dieta Mediterránea que forma parte de nuestra cultura y hacerlo, sobre todo, a través de la defensa de una pirámide que está siendo ya un elemento utilizado por los médicos de nuestro país para recomendar a los pacientes la dieta más saludable que existe. Es un modelo de éxito, fundamentalmente porque está el sector privado y la administración pública, ambos remando en la misma dirección.
P.- ¿Por qué es necesaria una fundación de este tipo teniendo en cuenta que en el ranking de países que siguen la Dieta Mediterránea, o más saludables, estamos en muy buena posición según las fuentes?
R.- Porque siendo la dieta más saludable del mundo, además reconocida por la Unesco siendo Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en los últimos años hemos ido perdiendo esas pautas de consumo que se relacionan con la Dieta Mediterránea. Hemos ido a un modelo de alimentación más rápida y basada en productos que no forman parte de la dieta y por ello es necesaria esta fundación, que trabaja para recuperar esos patrones de consumo.
La pirámide es una forma muy clara de ver los productos por los que apuesta la Dieta Mediterránea. En el centro de la pirámide están el aceite de oliva, las legumbres, los frutos secos. Precisamente acabamos de incorporar en la pirámide el pistacho que es un producto muy importante de Castilla-La Mancha de los productos centrales, un alimento más de la Dieta Mediterránea. Todos esos productos, en su consumo moderado según los hábitos saludables de la pirámide, son los que debemos promover y promovemos a través de la fundación.
P.- ¿Cuáles son los colectivos o personas a los que se dirigen? Y, en este sentido, ¿qué campañas o acciones se desarrollan desde la fundación para impulsar nuestra dieta mediterránea?
R.- Nos dirigimos a toda la ciudadanía en su conjunto, desde los más pequeños a los más mayores, pero nos centramos mucho en los colegios que están haciendo campañas con niños para fomentar hábitos de consumo saludables vinculados a la Dieta Mediterránea para que, cuando sean los consumidores del futuro, elijan este modelo de alimentación.
Trabajamos con los mejores restaurantes que cumplen una serie de requisitos muy exigentes que establece la propia fundación, en relación a los productos que se utilizan, certificándoles como restaurantes de la Dieta Mediterránea. Tenemos cerca de 500 restaurantes certificados, 50 de ellos en Castilla-La Mancha, y es una forma de llegar directamente también a un consumidor para nosotros muy relevante, porque no solamente se llega al ciudadano de nuestro país, sino que también, a aquel turista que nos visita y conoce de primera mano los patrones de la Dieta Mediterránea.
Igualmente, contamos con un proyecto piloto con la Denominación de Origen Aceite ‘Montes de Toledo’ que ha sido la primera Denominación de Origen a nivel nacional que ha incluido en su producto la etiqueta de la Fundación Dieta Mediterránea el cual está llegando a Estados unidos. Este proyecto está siendo un auténtico éxito.
P.- ¿Qué alimentos se incluyen en la Dieta Mediterránea?
R.- En la pirámide de la Dieta Mediterránea tenemos como elemento central el aceite de oliva, probablemente el producto más representativo; además del vino, que se considera un alimento en el cual se promueve el consumo moderado, y particularmente las legumbres y los frutos secos. Castilla-La Mancha es una de las regiones más importantes con el vino, el aceite, el pistacho, la almendra o la lenteja. Nos encontramos en una región en la que todos estos productos de la Dieta Mediterránea encajan muy bien en cualquier lugar, por lo que, para nosotros, contar con la presidencia de la fundación y el impulso que se le está dando con las Denominaciones de Origen de Castilla-La Mancha y con las empresas de la región, es un valor muy importante.
Por ejemplo, recientemente se incorporó Coopaman, la cooperativa más grande de ajo en nuestra región en Las Pedroñeras (Cuenca) con el producto que es de Indicación Geográfica Protegida como el ajo morado de Las Pedroñeras. Por lo tanto, es fundamental la participación de las empresas, de las Denominaciones de Origen, pero sobre todo, de los productos que he mencionado.
P.- ¿Y de fuera de la región cuales son los más importantes?
R.- Diría que los mismos y añadiría particularmente las frutas y verduras. Aunque también en Castilla-La Mancha tenemos frutas y verduras; mencionaba el ajo, pero también contamos con la cebolla, el melón o la sandía, cultivos en los que somos parte muy importante de nuestro país. La Dieta Mediterránea incluye en la base de la pirámide, es decir de consumo diario, todas las frutas y verduras de las que probablemente España, en la cuenca Mediterránea, es el lugar del mundo más representativo.
P.- ¿Se puede seguir la Dieta Mediterránea en una sociedad como la nuestra en la que cada vez llevamos más una vida de prisas, de poco tiempo para cocinar y para comer? De hecho, los alimentos procesados cada vez ganan más espacio en los supermercados, ¿Qué opina?
R.- Ganan más terreno los alimentos procesados frente a los que no lo están, pero también es cierto que dentro de los alimentos procesados puede haber productos de la Dieta Mediterránea; por ejemplo, la mayor parte de las legumbres se pueden consumir también procesadas y son Dieta Mediterránea; el vino es lógicamente un producto transformado que puede formar parte de cualquier hábito de consumo, también un aceite de oliva, las frutas y hortalizas que se comercializan directamente para consumo como cuarta gama en atmósfera controlada, es decir, la mayor parte de los productos que forman parte de la Dieta Mediterránea se pueden consumir también ya preparados directamente. Este es posiblemente el mayor reto que tiene el sector agroalimentario español, que se consuman también los productos de la Dieta Mediterránea llegando directamente a los hogares de los consumidores.
P.- Para finalizar, ¿está en peligro de extinción la Dieta Mediterránea, es decir, que las generaciones futuras de nuestro país no sigan alimentándose como nuestros abuelos?
R.- Uno de los objetivos de la fundación es que no se pierda en el futuro esta dieta y que cada vez lo valoremos más, que recuperemos un poco lo que teníamos en estas últimas décadas en las que sí que hemos perdido parte de estos hábitos de consumo saludables. Para conseguirlo hay que ser conscientes del mundo en el que vivimos, un mundo más rápido, más acelerado en el consumo, que tiende muchas veces también a que el ciudadano se alimente fuera del hogar. Esto obliga a la industria agroalimentaria española a adaptarse a la demanda de los consumidores. Seguro que la Dieta Mediterránea puede competir bien en este ámbito, porque son productos excelentes que se pueden preparar también por anticipado y que pueden formar parte de la dieta de todos los ciudadanos.
Texto: Juan Diego García-Abadillo Orea. Foto: JCCM