1.- CUMPLIR LAS NORMAS. Sin duda son bastante numerosas las pautas legales que un comercio debe tener en cuenta, tanto como empresa con carácter general como en concreto por tratarse de un comercio. El cumplimiento de las normas permite una mayor tranquilidad en el día a día nada despreciable.
Es indudable como empresa que sois, tener en cuenta las normas fiscales, las laborales y otras cientos de normas que debéis seguir para no tener problemas, pero sin duda aquellas que especialmente afecta a los comerciantes son las normas de consumo, y es en este contexto dond debemos tener en cuenta el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico y la Ley 2/2010, de 13 de mayo, de Comercio de Castilla-La Mancha, que establece entre otras cosas los horarios, aperturas, descuentos, liquidaciones, rebajas y cartelería que debe mostrar el comercio al consumidor.
2.- CORRECTA ATENCIÓN AL CLIENTE. Quizá sea este punto el que más tiene en cuenta el comerciante, ya que sabe que su trabajo cotidiano es cara al público y la forma en desarrollar esta labor es determinante a la hora de hacernos con una clientela fiel. El comportamiento del comerciante debe ser amable, pero sin caer en el servilismo, ayudando al cliente en la toma de su decisión de compra. Debemos tener claro cuál es el sistema de devoluciones de mi empresa y anunciarlo mediante carteles para que no quede ninguna duda y debemos tener hojas de reclamaciones a disposición de los clientes para aquellos casos en que haya habido algún conflicto en relación a la atención, compra o devolución. No debemos demonizar ni temer a las hojas de reclamaciones, ya que son un derecho del consumidor y no por ello se pone en duda nuestra profesionalidad.
3.- LA PLANTILLA ADECUADA. Es importante en el comercio contar con la plantilla adecuada, en cuanto a las dimensiones, ya que no debe estar sobredimensionada, con personal sin trabajo efectivo ni tampoco con sobrecarga de trabajo. Debemos contratar utilizando los contratos adecuados y la jornada y horarios que realmente preciso en mi establecimiento.
Y adecuada también en cuanto a la formación y adecuación de la persona al puesto que va a ocupar, ya que debe cumplir con los principios y pautas de la empresa, ya que también son cara visible de la misma.
4.- INFORMARSE Y FORMARSE. No debemos temer preguntar, informarnos sobre todo aquello que pueda ser de interés para nuestro comercio, que pueda aportar un extra de calidad, distinción o diferenciación con respecto a la competencia. E incluso formarnos, nosotros como comerciantes y nuestro equipo como parte de nuestra empresa comercial.
Es muy conveniente estar presente en asociaciones sectoriales o empresariales que hacen piña con el sector al que pertenecemos y defienden nuestros intereses como pequeñas empresas frente a administraciones y poderes públicos.
5.- NO CONFORMARSE. Muchos comerciantes consideran que tienen una clientela fija y que no es necesario hacer variaciones en su modelo de negocio porque un pequeño cambio puede hacer disminuir el número de clientes. Sin embargo, aquellas empresas que saben evolucionar y mejorar, tendrán siempre mayor resistencia frente a las crisis o cambios en la presencia de mercado.
Por poner un ejemplo, hoy en día tener una TPV puede considerarse un básico, sin embargo hay numerosos comercios que todavía no disponen de este sistema de pago, en una sociedad en la que los sistemas de pago y de compra están en continua revisión y modernización. Tener nuestro horario de apertura, nuestra dirección correcta en internet, participar en redes sociales o utilizar la venta online, directa o mediante plataformas multi marca son cuestiones que se están imponiendo no ya en grandes comercios sino también en los pequeños.