Carnicería con cinco generaciones de historia
Alimentación Rafa es una carnicería de barrio de las de antes, de esas que mantienen la esencia de años y años por la cual han pasado varias generaciones de toledanos. En definitiva, un establecimiento con solera. Fue fundada, allá por principios del siglo XX, por Nicolás Rodríguez, tatarabuelo del actual dueño Rafael Rodríguez, que cogió las riendas del negocio tras la jubilación de su padre hace cuatro años, también llamado Rafael.
Un establecimiento ha sido siempre familiar pasando de padres a hijos. Tras Nicolás vinieron Lorenzo, luego Pablo y, posteriormente, los mencionados anteriormente, Rafael (padre) y Rafael (hijo). Comenzó siendo una carnicería que, desde sus inicios, ha estado ubicada en el mismo lugar, calle Tendillas nº5. Con los años fue convirtiéndose también en casquería, donde se podía encontrar todo tipo de despojos como callos, asaduras, oreja…, más tarde se introduciría también salchichería y pollería.
Rafael Rodríguez (padre), quien nos relata los acontecimientos de esta historia, recuerda cómo en años pasados su abuelo Lorenzo contaba con un caballo que, por cierto, algún que otro disgustillo le daba porque a veces se espantaba y salía corriendo, teniendo que ir a buscarlo a ver dónde estaba; curiosidad aparte, con este caballo bajaba al matadero a recoger los despojos para elaborarlos en la casa y luego venderlos, fabricando igualmente productos como las morcillas de cebolla, los chicharrones, los chorizos, las salchichas…, algo que fue cambiando con los años, ya que, con las nuevas normativas de Sanidad que iban surgiendo a lo largo de los años, impedía hacerlo como antiguamente si no se contaba con unas instalaciones adecuadas.
Lo mismo pasaba con los métodos de conservación. Las infraestructuras de antes no eran como las de ahora, es decir, no se contaba con cámaras frigoríficas como hoy en día, conservando la carne y los embutidos en el sótano o con hielo en una habitación para que no perdieran sus propiedades. Con el tiempo todo iba cambiando y las normativas iban exigiendo métodos de conservación adecuados, comprando primero una cámara frigorífica y posteriormente varios mostradores frigoríficos para la conservación de los productos. Para hacernos una idea, la carne se vendía en un mostrador, sin más.
Todo ha ido evolucionando, antes todo era más laborioso, ahora con la maquinaria cuesta menos trabajo. Por ejemplo, Rafael recuerda como prácticamente todo se partía a mano, el jamón, el chorizo, las chuletas, se picaba la carne a base de cuchilladas…y ahora todo se hace con máquinas, ya sean cortadoras o picadoras, todo se ha modernizado. Igualmente pasaba en cómo se vendía antes, donde no había básculas o eran básculas no muy precisas donde se calculaba el precio más o menos a ojo.
También ha cambiado mucho el tipo de clientela, siendo antes clientela de siempre, fiel, la que buscaba la tienda de barrio para hacer sus compras, en la cual, le asesorabas y había un trato más familiarizado, donde el cliente buscaba la recomendación dejándose aconsejar; “llévate esto o lo otro”…algo que cada vez se ve menos, perdiéndose ese trato familiar.
Como anécdota, a principios de la guerra civil, Lorenzo, que servía carne a los milicianos, contaba que los milicianos hacían comentarios vejatorios acerca de los que se encontraban dentro del Alcázar de Toledo en su asedio, teniendo que morderse la lengua en muchas ocasiones, ya que un hijo suyo estaba dentro.
Son cinco las generaciones que han pasado a lo largo de los años por esta carnicería, que ha sufrido mutaciones, pero que mantiene la esencia del primer día. Son muchos los cambios, entre ellos, antes se surtía con piezas completamente enteras tanto de vacuno, como de cordero o de cerdo, ahora no, ahora se va a los mataderos en busca de lo que hace falta por piezas sueltas.
A día de hoy, Alimentación Rafa es una carnicería en la cual se sirve carne de vacuno, de pollo, de cerdo, de cordero además de productos elaborados como salchichas, hamburguesas, chorizos, charcutería y embutidos, así como algunas conservas y productos básicos. Han tenido que adaptarse a los tiempos, si bien es cierto, este establecimiento puede decir con orgullo que sigue manteniéndose en pie, con varias generaciones a las espaldas, donde muchos otros han caído, y el cual, le quedan aún muchos años por seguir ofreciendo sus productos, su buen trato hacia el cliente y una esencia que mantiene los recuerdos de años pasados.
Texto: Ayer&hoy
Fotos: Carnicería Rafa