Se considera como cine sonoro (frente al cine mudo) aquel en el que la película incorpora sonido sincronizado (es decir, tecnológicamente acoplado) con la imagen. La primera exhibición pública conocida de cine sonoro proyectado ocurrió en París en 1900, décadas antes de que la sincronización confiable entre sonido e imagen se hiciera comercialmente práctica. La primera proyección comercial de películas con sonidos completamente sincronizados ocurrió en la ciudad de Nueva York, en abril de 1927, con la proyección de “El cantante de jazz”.