En la pintoresca costa napolitana se encuentra un enorme volcán amenazador que ya una vez demostró su fuerza destructiva al mundo.

En el siglo I antes de Cristo una potente erupción eliminó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, tras haber matado a cerca de 25.000 personas.

En nuestros días el gigante se considera peligroso no solo porque en sus alrededores viven tres millones de italianos, sino también porque ha permanecido inactivo durante mucho tiempo. Los científicos creen que cuanto más dura el período inactivo, más fuerte será una inminente erupción.