Verónica Reolid Losa / Dietista-Nutricionista de la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha

La mayoría de las personas atraviesan varias fases en el proceso de asumir que padecen una enfermedad crónica, como es el caso de la enfermedad celíaca y de aprender a vivir con ella.

 

  1. Diagnóstico: Cuando a una persona le diagnostican su condición de celíaco puede sentir muchas cosas. Desde la vulnerabilidad, confusión y preocupación por el futuro, etc. Otras veces se siente decepción y autocompasión. Algunas personas encuentran injusto lo que les ha pasado, y se enfadan consigo mismas y con la gente a quien quieren. Todos estos sentimientos forman parte del principio del proceso de afrontamiento. Cada persona reacciona de una forma diferente, pero todas las reacciones son completamente normales.

 

  1. Búsqueda de información: La siguiente fase consiste en aprender cosas sobre la enfermedad. El conocimiento es poder, cuanto más saben sobre su trastorno, más sienten que controlan la situación y menos les asusta.
    Se entenderá mejor el tratamiento a seguir y las emociones que se pueden experimentar, esto ayudará a ir descubriendo la mejor forma de crear un estilo de vida saludable basado en las necesidades individuales. Ahora bien, no se puede saber todo en tres días, hay que darse un tiempo prudencial para asimilar todo lo que se está aprendiendo, porque sino, en vez de ayudar, puede bloquear y desbordar a la persona.

 

  1. Tomar las riendas de la situación: En esta fase del proceso la persona se siente cómoda con el tratamiento, tiene mayor dominio y va adquiriendo mayor soltura. Las herramientas clave nos ayudarán (conocer qué alimentos puede tomar y cuáles no, pertenecer a las Asociaciones de Celíacos, etc.) a evitar problemas y a mantener un estado óptimo de salud. No existen límites definidos de tiempo para completar el proceso de hacerse a la idea y aceptar su condición de celíaco, cada persona necesitará un tiempo diferente.
    La mayoría de la gente comprobará que tiene las emociones a flor de piel en todas las fases del proceso. Aunque el tratamiento vaya bien, es normal estar triste o preocupado de vez en cuando. Reconocer estas emociones y ser conscientes de ellas cuando emergen, forma parte del proceso.

 

Herramientas útiles para el control de la enfermedad celíaca

  • Reconocer los sentimientos: somos seres humanos, y como tal, las emociones y sentimientos forman parte de nuestra vida. Buenos, malos, pero sin llegar a atraparnos por ellos.
  • Desempeñar un papel activo en el cuidado de la salud: tanto por parte del propio celíaco, como de su entorno (familia, escuela, amigos, etc.).
  • Relativizar las cosas: todo depende de nuestra actitud de afrontar lo que nos pasa.
  • Explicar la enfermedad a su hijo/a: ponerse en contacto con otras personas que padecen el mismo problema y que lo están manejando bien, puede beneficiarles mucho. Esto ofrece la oportunidad de seguir el ejemplo de otros y puede brindar tranquilidad y esperanza a los niños/as que no la manejan tan bien. Ayudará también a poder relacionarse con sus iguales, de forma positiva.
  • Mantener una vida normal: con disciplina, otorgando responsabilidades, manteniendo la rutina familiar y procurando buenos ejemplos. Igualmente, ayudar al resto de familia a entender la enfermedad, puesto que es necesario que nuestro entorno conozca qué ocurre si no se realiza la dieta de forma correcta, etc.
  • Pertenecer a la asociación de celíacos de su comunidad autónoma: es la mejor forma de sentirse respaldado, informado, asesorado, y hacer fuerza a nivel social, sanitario, político, etc. de un amplio colectivo que te representa.