El tráfico en las ciudades ha experimentado una paradójica transformación en los últimos años. Es cierto que los coches invaden las calles, pero a la vez cobran fuerza las voces de aquellos que apuestan por el uso de la bicicleta y reivindican una energía limpia. En este sentido, los vehículos eléctricos se anuncian como una interesante alternativa de futuro, aunque actualmente su presencia en las calles es prácticamente testimonial. El transporte público es otra de las opciones a tener en cuenta, mientras el uso del taxi es la opción elegida por quienes prefieren pagar más, pero llegar cómodos y a tiempo.

Aunque en las calles convivan diversos tipos de vehículos, es evidente que el coche es el más utilizado. Además, conducir se ha convertido en una necesidad imprescindible a nivel personal y laboral, de ahí que la obtención del carné se considere poco menos que una obligación. Así lo asegura el gerente de la autoescuela La Sagra 2000, Juan Carlos García, un profesional con dilatada experiencia, que ha visto cómo sus alumnos llegan actualmente a las aulas con unos conocimientos más profundos que hace unos años. “La gente está mentalizada y ya conocen más conceptos. En esto, Internet ha influido mucho. Mi padre era profesor y en el aula tenía un semáforo porque entonces en los pueblos no los había. Ahora quien viene a sacarse el carné de conducir, ya llega con algo de base”.

Según García, “la mayoría de los alumnos son jóvenes, de entre 18 y veintitantos años. Normalmente, es un gasto con el que corren los padres, porque a esa edad no suelen disponer de trabajo ni de dinero para pagarlo. Ya queda muy poquita gente mayor que se examine. Antes, venían señores que no habían podido sacarse el carné de jóvenes porque trabajaban mucho o señoras que se quedaban viudas y querían tener el carné para utilizar el coche, una vez fallecido el marido. Entonces era habitual que solo lo tuviera un miembro de la pareja, normalmente el hombre. Esa losa ha desaparecido”.

En esta sala se preparan los alumnos de la autoescuela La Sagra 2000 para su examen teórico.

No obstante, la crisis se ha dejado notar también en el sector de las autoescuelas, inconveniente al que se sumó la prolongada huelga de examinadores de hace unos meses, recuerda el gerente de La Sagra 2000.

En opinión de Juan Carlos García, “ahora es bastante más fácil sacarse el carné de conducir que hace unos años. En el examen práctico te permiten más fallos que antes, cuando si no mirabas los espejos ya estabas suspenso. Ahora te subes a los bordillos y apruebas, según lo establecido en la última legislación. En el caso del examen teórico, son 30 preguntas y se permiten tres fallos. Con esta modalidad ya llevamos muchos años. Hay otra prueba que ha cambiado: en la práctica, hay una conducción que en tráfico llaman “autónoma”, en la que el alumno puede ir por donde quiera los diez primeros minutos del examen para que se tranquilicen. Después ya sigue las indicaciones del examinador en la conducción dirigida”. Si obtener el carné de conducir de turismos, el B, es más fácil, también el precio “es bastante más bajo”, señala el gerente de La Sagra 2000. “Puede costarle al alumno entre 500 y 600 euros”, dice.

El mercado laboral ha propiciado, por otro lado, que aumente el interés de aspirantes a conducir vehículos pesados. “Existe mucha demanda de conductores de camión y de autobús. Ahora mismo se está jubilando mucha gente que ha estado toda la vida con el camión y hacen falta conductores. Yo tengo amigos con empresas de este tipo que me dicen “mándame al que salga, no hay gente”. De hecho, tenemos un anuncio, en el que piden conductores para Europa. Tuvimos un convenio con una empresa alemana y se han ido españoles a trabajar a Alemania con un autobús”, explica García, quien añade que “los que salen con carné para conducir autobuses tienen trabajo, pero es el trabajo que no quiere nadie, como el transporte escolar, porque tiene muchas horas de pausa: los conductores trabajan dos horas, se tienen que ir a su casa o si llevan a los niños a un pueblo, se tienen que quedar allí hasta que vuelvan a salir del centro escolar y van de regreso a casa”.

Un grupo de seis personas se preparan en la autoescuela La Sagra 2000 para obtener un carné profesional para vehículos pesados. En este caso, el aprobarlo “sí es más complicada que antes. Hay que sacarse el carné y luego un curso que está regulado, el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), que se exige para conducir en Europa. Son 140 horas, de asistencia obligatoria y conlleva otro examen, con cien preguntas, bastante complicado. Aparte, lógicamente, tienen que hacer el examen del carné, el teórico, la pista y la circulación. Si no hay huelgas y todo va bien, el carné lo pueden conseguir en dos meses, más mes y medio del CAP.

A estos carnés profesionales optan muchas más mujeres que hace unos años, aunque la mayor parte de los aspirantes siguen siendo hombres. Hay empresas que buscan mujeres, no solo por las subvenciones que, no sé si siguen existiendo, pero que ha habido en la Seguridad Social, sino también por el trato que ofrecen a los viajeros”.

Mientras, los carnés de motos han sido los más perjudicados durante la crisis. “La moto sí que es lujo. Lo primero que te quitas si no tienes dinero es el capricho, pero es cierto que siempre hay gente que opta por este vehículo porque tiene ventajas: por ejemplo, te puedes ir a trabajar en moto y no tienes que pagar ORA. En Toledo capital, la moto no tienen mucho éxito, se utiliza más en los pueblos. En Sonseca, por ejemplo, en una autoescuela pueden sacar 80 licencias de ciclomotor al año y yo aquí saco diez o doce. ¿Precio? Igual que el de coche, 500 o 600 euros. Es más fácil obtenerlo, se dan menos clases prácticas”.

En la autoescuela La Sagra 2000 ofrecen cursos teóricos durante todo el día para formar a los aspirantes. “Ahora con Internet, se pueden hacer los test en casa, pero yo sigo aconsejando que los alumnos vengan a la autoescuela. Con eso se consigue que den menos clases para el examen práctico porque ya conocen los conceptos y van más seguros porque conocen las normas”, indica Juan Carlos García, a quien le preocupa la “súper deficiente” regulación de su sector. “Tráfico no nos controla nada. Meterte con una máquina como un coche a circular requiere que tengas unos conceptos básicos. ¿Se puede aprender la carrera de medicina por Internet? No, habrá que hacer prácticas y tener unos conocimientos. Y eso Tráfico no lo controla. En muchas autoescuelas solo te enseñan a aprobar. Y en el caso de los cursos de las motos ocurre lo mismo. Hay un permiso que se da cuando ya tienes una experiencia en el aula. Es un curso de nueve horas, con una parte teórica, otra de pista y otra de circulación. No se hace porque Tráfico no lo controla porque no tiene personal ni en ventanilla ni para examinar”.

Juan Carlos García certifica que en su centro los alumnos salen bien preparados, “al igual que en muchas autoescuelas. Esto no ocurre en otros centros, en la gran mayoría, y la persona que sale con el carné de conducir va a circular conmigo, con mis hijos, etc, con el peligro que ello conlleva. El problema es nuestro, de las autoescuelas, pero sobre todo de Tráfico, porque estamos sometidos a sus normas, con lo cual algunas autoescuelas, como no las controlan, se las saltan. Pero eso ya está en cada uno”.

Por su parte, Antonio Sánchez, un experimentado profesor de autoescuela también tiene claro que el carné de conducir es una necesidad, sobre todo en muchos puestos de trabajo. Eso sí, señala que “ahora no todo el mundo se saca el carné de conducir, solo a los que hace falta. Por ejemplo, muchos jóvenes no se lo sacan cuando cumplen 18 años porque tienen problemas económicos”. Sánchez indica que en los últimos años no es que se hayan complicado los exámenes para obtener el carné, “es que se ha hecho más difícil conducir por el volumen de tráfico que existe. Además se ve falta de respeto y de educación entre muchos conductores”, añade.

Respecto al gusto por los modelos de coches, también ha cambiado en los últimos años. En este sentido, el propietario del concesionario toledano Mosauto, Moisés Alonso, indica que ahora los conductores prefieren los llamados “todocaminos y se guían por el precio, por la utilidad y los servicios a la hora de comprar su coche, de ahí que se impongan los llamados SUV, “que permiten la conducción en una posición más elevada, más cómoda, también en el uso del uso del maletero, al tener un portón trasero. Las medidas exteriores tampoco son mucho mayores que las de un utilitario, por lo que se usan en carretera y en ciudad”. En cuanto a las prestaciones, se tienen muy en cuenta aspectos como la conectividad al móvil, manos libres o navegador, entre otras cuestiones.

Amantes de los coches hay muchos. Una de ellas es Carmen Paredes, vecina de Toledo, a quien le encanta la “libertad” que le otorga el uso de su propio vehículo para desplazarse, “sin tener que estar sujeta a los horarios ni las incomodidades de los transportes urbanos. Cojo el coche cuando quiero y ya está”. Reconoce que es complicado a veces aparcar, aunque asegura que “las grandes ciudades siempre disponen de aparcamientos de pago para dejar el coche lo más cerca posible de tu destino. Esto es importante sobre todo cuando viajas por cuestiones de trabajo”.

Para libertad, dicen otros, la que da la moto. Otro vecino de Toledo, Fernando García, indica, en este sentido, que “es el vehículo ideal para circular por las ciudades. Es cómodo, rápido, te saltas los atascos y nunca tienes problemas para aparcar. ¿En invierno? Te abrigas y ya está”. Eso sí, reconoce que la moto es un medio de transporte más vulnerable que el coche y que su conducción requiere de una prudencia aún mayor que en el caso de otros vehículos. “Tenemos que ir pendientes no solo de lo que hacemos nosotros, sino de los conductores de coches y autobuses, que tienden a no respetar a las motos. Es verdad que hay que tener cierta pericia para conducir una moto por ciudad, sobre todo en grandes capitales, donde la circulación es complicada”.

El tráfico en Toledo

La moto es uno de los vehículos preferidos por quienes residen o circulan por el Casco Histórico de Toledo. No tienen problemas de aparcamiento. Foto: Marta Alarcón.

En Toledo, el tráfico genera auténticos quebraderos de cabeza. Así lo reconoce el concejal responsable de Movilidad, Juan José Pérez del Pino, quien habla de exceso en el uso de este vehículo, no solo por los vecinos, sino por los que se acercan a la capital desde los pueblos en busca de servicios que les ofrece la ciudad. Para Pérez del Pino, uno de los grandes problemas del tráfico en Toledo es que la gente quiera dejar el coche al lado de su lugar de destino. “Esto no ocurre en otras ciudades, si por ejemplo en Madrid tienes una zona a 200 metros donde poder dejar tu coche, estás encantado. En Toledo te dicen que lo dejes a 100 metros de donde vas y te contestan que es una barbaridad. Es un tema de mentalidad”.

Lo que resulta evidente es que la circulación del Casco camina hacia la peatonalización, aunque con prudencia. “Lo bueno que hemos hecho en Toledo es que desde hace tiempo todos los gobiernos que ha tenido el Ayuntamiento han dado pasos en este sentido y poco a poco se va asumiendo. Recuerdo que cuando se paralizó el tráfico en la zona de la calle Ancha los comerciantes protestaban porque pensaban que se iban a arruinar. Y no ha sido así. Hoy las zonas en las que más se vende y donde más atracción ejerce el comercio son las que tienen calles peatonalizadas”, dice el concejal.
Pérez del Pino está convencido de que el futuro pasa por los coches eléctricos. “Ahora tiene algunos inconvenientes, como las recargas, las distancias, la autonomía. En el Ayuntamiento estuvimos viendo autobuses eléctricos para ver si podíamos dotar la flota municipal de estos vehículos, pero si uno de gas cuesta 270.000 euros, un autobús eléctrico sale por unos 600.000, con el agravante de que un autobús de gas nos hace el turno de mañana y de tarde y en el caso del eléctrico, por esa falta de autonomía, se necesitarían dos para cubrir la misma línea”.

Pero, sin duda, uno de los grandes orgullos del titular de Tráfico y Movilidad está en el uso que hacen los vecinos del transporte urbano. “Toledo es la ciudad de España de menos de 100.000 habitantes que más viajeros tiene en el transporte urbano. Eso quiere decir que tenemos una buena red y que la gente lo utiliza”.

Hay toledanos que, efectivamente, apuestan por el transporte urbano dado los problemas para aparcar el coche en la ciudad. Incluso algunos, como Belén Rico, consideran que les resulta más económico coger un taxi de vez en cuando que tener coche propio. “Es un gasto innecesario. Conlleva revisiones, impuestos, etc. Yo utilizo transporte urbano y, si tengo mucha prisa, un taxi. Y no tengo que estar dando vueltas para aparcar”.

La bicicleta, por otro lado, cuenta con gran número de adeptos, amantes del deporte y de la energía limpia. Carlos Blanco es uno de los integrantes de la plataforma Bicicrítica, que aboga por la utilización de la bicicleta en Toledo y en Castilla-La Mancha. El colectivo al que pertenece Blanco, formado por vecinos del barrio del Polígono principalmente, aboga por la instalación de ciclocarriles y carriles bici, “como ocurre en otras grandes ciudades de este país. Nosotros reivindicamos la coexistencia de la bicicleta como si fuera un vehículo más, como ocurre, por ejemplo, en Madrid. Aparte de los carriles bici, que es lo que más conoce la gente, el típico carril que está segregado de la calzada, también existe lo que hay en el Polígono, tanto industrial como residencial, de Toledo, que supone que la propia calzada en la que circulan los vehículos a motor, también se habilita para bicicletas. No hace falta señalizarlo, porque, como establecen la Dirección General de Tráfico y la ley de movilidad, la bicicleta es un vehículo más. Solo se trata de señalizar en esas vías que la circulación de las bicicletas es también es prioritaria. Son las típicas calles en las que el límite de velocidad está fijado en 30 kilómetros por hora. Ésas son las llamadas vías de ciclocarril.”

Uno de los empeños de este grupo es que el Ayuntamiento acometa el desarrollo de un carril bici entre el Polígono y Santa Bárbara. En este sentido, Carlos Blanco señala que “aparte de que sería un desahogo en la movilidad que tiene nuestro barrio, con colapsos siempre a mediodía, que aumentarán con el futuro hospital, propiciaría que muchos trabajadores y trabajadoras acudieran a su trabajo utilizando el carril bici. También los peatones, por supuesto. Otra de nuestras iniciativas es incluir a Toledo en la Red de Ciudades por la Bicicleta, en la que ya está una capital de Castilla-La Mancha, Albacete”. Consultado al respecto el concejal de Tráfico, Juan José Pérez del Pino, ha confirmado que este proyecto será una realidad en breve, “pero requiere su tiempo, su financiación, hay que tener en cuenta los espacios por donde va a discurrir. Lo inicié con la Junta y es un proyecto subvencionable por parte de la Unión Europea. Ahora está en Urbanismo. Hay mucho trabajo detrás, aunque no salga publicado”.

El grupo Bicicrítica considera que hay una forma de vencer los obstáculos que la propia estructura de Toledo supone para el uso del vehículo que ellos fomentan: la incorporación de una especie de baca en la parte de lantera de los autobuses urbanos, en la que, como ya sucede en otras ciudades europeas, se ubiquen las bicicletas en traslados a puntos más complicados para los usarios de este medio de transporte. “Es un coste bastante bajo y supondría una solución para movilidad hacia el Casco, principalmente”.

Los integrantes de Bicicrítica reivindican el uso de este vehículo no solo en el campo, si no en la ciudad. Aquí los vemos en la plaza de Zodocover.

Lo que Carlos Blanco tiene claro, en cualquier caso, es la necesidad de fomentar el uso de la bicicleta por varias razones: evitar la contaminación, favorecer la salud y facilitar la movilidad. “El año pasado propusimos crear itinerarios escolares. Y pusimos como ejemplo el Polígono. Y es que si las familias y los centros educativos tuvieran en cuenta esos itinerarios para que los alumnos utilizaran la bicicletas para desplazarse desde su casa al centro escolar, se ahorrarían muchos de los transportes motorizados, incluso se evitarían las saturaciones que hay a las dos del mediodía o por la tarde juntos a los colegios y en otros puntos de la ciudad”.

EN VEHÍCULOS NUEVOS Y EN AUTOMÓVILES DE OCASIÓN

La venta de coches, viento en popa en Castilla-La Mancha

Las matriculaciones de vehículos en Castilla La Mancha en el pasado mayo crecieron un 16,82% respecto al mismo mes de 2017. En total, se matricularon 3.868 coches y en los últimos doce meses se han vendido 44.344 coches nuevos, un 14,6%, más que en el mismo mes del año anterior, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

Las cifras de ventas de automóviles del pasado mes de mayo en Castilla-La Mancha desglosadas son:

-Vehículos comerciales vendidos: 616, un 2,67% más que en mayo de 2017

-Vehículos de pasajeros vendidos: 3.252, que suponen un 19,96% más que en mayo de 2017.

Castilla La Mancha, con unas ventas anuales de 21,79 automoviles por cada 1000 habitantes, 1,9 de ellos en el mes de mayo, se encuentra en el puesto 13 del ranking de las comunidades autónomas por número de matriculaciones por cada 1000 habitantes. El informe de ANFAC desvela, por otro lado, la disminución progresiva de la venta de vehículos diesel a lo largo de este 2018: a nivel nacional, en enero representaban un 41,8% del total de coches vendidos, cifra que se ha rebajado al 35,3% durante el pasado mes de mayo. En cuanto a los turismos más vendidos durante el pasado mayo, se impone el utilitario (28.989 unidades en España), seguido del SUV medio (27.302) y el compacto (27.279). En lo que se refiere a las ventas de coches de ocasión, las ventas de vehículos usados aumentaron un 13,4% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, al alcanzar en España las 152.343 unidades. Son datos de las transferencias registradas durante el pasado mes de enero gracias a la consultora MSI que los ha recopilado para la patronal de los concesionarios españoles, Faconauto. El coche seminuevo y, en general los vehículos de hasta 5 años de antigüedad, siguen concentrando la mayor parte de la demanda. Por Comunidades Autónomas, Castilla-La Mancha encabeza el crecimiento en la venta de coches de segunda mano, con una subida del 64,2%, seguida de la Comunidad de Madrid (+31,4%) y Cataluña (+28,6%). (Foto: Marta Alarcón)

Ocho propuestas para que el uso de la bicicleta se extienda en Castilla-La Mancha

1.-Crear algún tipo de ayuda o subvención para la adquisición de vehículos sin motor (bicicletas) o eléctricos, como alternativa sostenible a la movilidad en toda la región.

2.- Un Plan Autonómico de la Bicicleta, que cuente para su elaboración con los distintos colectivos ciclistas de la región.

3.- Implantar una red de itinerarios ciclistas de ámbito regional.

4.- Incluir a Castilla-la Mancha dentro de la red de turismo de bicicleta EuroVelo http://www.eurovelo.org/.

5.- Favorecer la intermodalidad con los medios de transporte públicos de ámbito regional

6.- Concesión de ayudas para la compra de bicicletas en comercios de Castilla-la Mancha, fomentando así la cultura del transporte sostenible y la economía de la región.

7.- Habilitar las antiguas vías de tren de la región como vías verdes o ecológicas con acceso ciclista, mediante convenios con la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE) dependiente de la Gerencia de Vías Verdes y Medio Ambiente. http://www.viasverdes.com/

8.- Peatonalización de todos los cascos históricos y fomento del uso generalizado de la bicicleta.

Texto: Ana Nodal de Arce.

Fotos: Ayer&hoy, Bicicrítica,
Marta Alarcón