Miguel Alberdi. Decorador

La sensación perceptiva y fugaz de los colores no han hecho sino asociarlos recíprocamente a la luz y a la sombra, figuras originales que tragan, que producen los tintes, porque son los colores los que revelan estas apariciones. En los proyectos de diseño de interiores, hay que tener en cuenta el color y la iluminación; estos son los factores que inciden uno sobre otro.

Estudios realizados por psicólogos demuestran que los colores tienen una gran influencia emocional sobre las personas, a través de estas investigaciones se llegó a la conclusión de que los colores afectan a las emociones, algunos agradables, otros molestos; existen también los que resultan tranquilizantes o estimulantes y afectan a los individuos de distinta manera, según el grado de luminosidad en el que se encuentre.

Un mismo color actúa en cada ocasión de manera diferente. El mismo rojo puede resultar erótico o brutal, insoportable o noble. Un mismo verde puede parecer saludable o venenoso, o tranquilizante. Un amarillo radiante o hiriente.

El interiorismo busca armonizar las tonalidades y aprovechar al extremo las potenciales atribuciones del color sobre las conductas de las personas que transiten por los espacios. Un color utilizado incorrectamente en un espacio puede generar incomodidad. El rojo utilizado en un salón de estudio puede resultar irritante, perturbante para las personas que habiten, generándoles complicaciones para prestar atención, mientras que en un casino, el mismo color puede resultar estimulante. Por otro lado, es muy común que se asocien los colores a las diferentes estaciones del año. Durante el verano en la indumentaria, las personas suelen utilizar colores más vibrantes como amarillos, naranjas y verdes. En cambio, durante el invierno es más frecuente la utilización de prendas con colores desaturados. Este mismo factor se repite en la arquitectura de diferentes países, como Centroamérica que utilizan colores vibrantes, algo muy relacionado por el clima y la cultura de la región.

La iluminación puede intensificar u opacar la reproducción de colores. La luz artificial puede ser cálida o fría. Existe una técnica llamada mezcla de colores que consiste en obtener un color mediante la suma de diferentes fuentes luminosas. Esto se produce mediante la adición, que es la mezcla de los tres colores primarios de la luz. Con la mezcla de colores secundarios se forman otros; esta operación se llama sustracción.

En la superposición se van bloqueando las longitudes de onda y se logran otros colores hasta llegar al negro, que es la ausencia de color. Cuando de espectáculos teatrales se trata, la iluminación es el factor esencial. Cumple la función principal de otorgar la buena visualización de los actores para una correcta comprensión de la trama. El uso de la luz ofrece la posibilidad de influir sobre el estado mental del público. La luz puede indicar si la acción se produce al mediodía, durante la tarde o la noche. También puede ayudar a controlar los sentimientos.

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