Francisco Javier Morales Hervás / Doctor en Historia

Pasear por las calles de Toledo es una actividad placentera en la que podemos estimular nuestros sentidos contemplando extraordinarias joyas patrimoniales. Pero la presencia de destacados monumentos muy conocidos por todos puede provocar que nos pasen desapercibidos algunos edificios que guardan unos excepcionales valores históricos y artísticos. Este puede ser el caso de la Iglesia de San Román, que actualmente acoge el Museo de los Concilios de Toledo. La visita a este edificio nos aporta la privilegiada experiencia de poder conocer a través de su contemplación una buena muestra de la huella artística que han dejado en Toledo las diferentes culturas que la han poblado.

Los orígenes de este antiguo templo parece que se remontan a la época visigoda cuando se construyó una primera iglesia, probablemente aprovechando parte de la estructura de un anterior edificio romano. Durante la ocupación musulmana mantendría su función religiosa al convertirse en una mezquita, en la que se desarrollaría el culto islámico hasta la toma de Toledo por Alfonso VI en 1085, de hecho, a mediados del siglo XII ya aparece mencionada en algunos textos la Iglesia de San Román, en la cual, según la tradición, sería coronado Alfonso VIII en 1166. Su consagración no se produjo hasta 1221, siendo arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada, aunque después de esta fecha se continuaron las obras para terminar la cabecera y decorar los muros interiores con unas destacadas pinturas murales.

El edificio está construido con la típica alternancia de mampostería y ladrillo y presenta una planta basilical dividida en tres naves cubiertas con un artesonado de madera. La nave central está separada de las laterales a través de arcos de herradura enmarcados por un alfiz que descansan sobre columnas de mármol rematadas por capiteles visigodos reaprovechados, las cuales se adosan a pilares de ladrillo. Sobre estos amplios arcos de herradura aparecen unos arcos de medio punto que configuran una falsa tribuna. Probablemente la zona donde se encontraba el antiguo mihrab de época musulmana fue derruida para construir un ábside semicircular de estilo mudéjar que, en parte, quedaría tapado por la reforma acometida en el siglo XVI bajo la dirección de Alonso de Covarrubias cuando se realizó un nuevo ábside rematado por una cúpula plateresca de casetones.

La influencia del estilo mudéjar también se aprecia en el exterior del templo donde destaca su puerta de acceso definida por un arco de herradura muy cerrado y la torre, para cuya construcción probablemente se aprovechó la base del alminar de época musulmana, lo cual parece corroborarse al apreciarse en esta torre dos partes diferenciadas:  el cuerpo inferior construido con mampostería y el superior levantado con ladrillo y que cuenta con dos tramos en los que se abren vanos definidos por arcos de herradura y polilobulados.

En el interior uno de los elementos más destacados es la decoración pictórica que constituye uno de los mejores ejemplos de pintura románica peninsular. Sobre la puerta de acceso, situada en la nave norte, se puede observar la representación de un Cristo en Majestad que, probablemente estaría rodeado originalmente por las figuras del tetramorfos, aunque en la actualidad solo se aprecian las figuras del león de San Marcos y el buey de San Lucas. En el muro norte también se pueden contemplar otras escenas como un posible santo entierro, unos ángeles y un dragón. Las pinturas del muro occidental están mejor conservadas y entre ellas destacan las representaciones de los profetas Isaías y Jeremías, de los apóstoles y de Adán y Eva. Finalmente, en el muro meridional también se pueden apreciar diversas escenas como la resurrección de los muertos, los evangelistas escribiendo sus textos y diversos personajes como San Benito, San Bernardo o San Esteban y diversos profetas. En definitiva, la toledana Iglesia de San Román representa una joya patrimonial insuficientemente conocida, cuya visita merece realmente la pena.

Fotografías: turismocastillamancha.es y Wikipedia.