Ángel Nicolás es presidente de Fedeto desde el año 2000 y de Cecam, desde 2009. Conoce como nadie, pues, el mundo de la empresa y sus entresijos y no es hombre de medias tintas: reconoce que los salarios son bajos, arremete contra los impuestos y la falta de financiación de las pequeñas empresas y reivindica menos gasto en la estructura del Estado. Además, se pronuncia sobre controvertidos asuntos de Toledo como el turismo en el Casco y el proyecto “estrella”, el Parque Puy du Fou.

“Los salarios son bajos, nadie lo discute, pero no se puede pagar más”

Pregunta.- ¿Cómo está el panorama empresarial en Castilla-La Mancha?
Respuesta.- El 99% de las empresas de Castilla-La Mancha son muy pequeñas. Y el 70% de las pequeñas y medianas empresas siguen en pérdidas. La recuperación no ha llegado para todos igual, eso va también por zonas geográficas. Aquí las pequeñas empresas siguen con muchos problemas de financiación, no pueden contratar, no pueden expandir su negocio y se encuentran en un momento de ‘stand by’. No podemos decir que tengan resuelto el tema de la crisis, porque no es así.

P.-Aparte de la falta de financiación, ¿qué otros problemas atenazan a las empresas?
R.-La excesiva carga normativa, que dificulta mucho la creación de una nueva empresa o el desarrollo de las existentes. Hemos dicho muchas veces que España no es un país pensado para empresarios. Cuando nuestro país entró en la democracia se produjo una profusión de legislación tremenda, sin pensar en las consecuencias que iba a tener sobre el tejido empresarial, que al final es el que crea el empleo. Hay que establecer un marco normativo que les facilite expandirse, crecer. Aquí tenemos que dar ese paso de la micropyme a la pyme y después a la gran empresa, si es posible.

P.-¿Los planes de empleo de la Junta han supuesto un respiro para la creación de puestos de trabajo?
R.-Hay muchas familias sin ingresos y eso no es de recibo en un estado de derecho en el siglo XXI. El Plan de Empleo no lo apoyamos en su momento, porque entendíamos que no era el camino. Tampoco nos opusimos a él, porque creemos que un gobierno, y más si es socialista, tiene que pensar en la gente que no tiene ingresos. Es verdad que en ese Plan de Empleo se daba cabida a mucha gente que una empresa privada no contrataría nunca por la falta de formación, etcétera. En el reciente Plan de Empleo sí hay una partida importante, 70 millones de euros, para hacer planes de empleo en empresas. Pero hay que valorar si lo que queremos es hacer un plan de empleo que inicie una relación laboral y que luego se mantenga o simplemente es una ayuda temporal que se acaba. Eso no resuelve estructuralmente el problema que tenemos.

P.- Lo cierto es que el mercado laboral ha cambiado tanto que optar a un empleo fijo es casi imposible.
R.-Es muy difícil. Ha cambiado muchísimo. Ahora mismo los salarios son bajos, nadie lo discute, pero son bajos porque no se puede pagar más. Lo que tenemos que revisar es el modelo económico, no tanto la relación laboral, que también haría falta. Si una empresa no puede pagar más de los mil euros que está pagando u 800, tendremos qué fijarnos en qué está ocurriendo. A lo mejor hay mucho dinero que se va a un gasto innecesario: estoy hablando de la estructura del Estado, de las 17 autonomías. Eso chupa muchísimo dinero. Si en ese dinero pudiera haber una rebaja y llegar a manos del trabajador, no digo yo del empresario, podríamos hablar de salarios más altos. Los salarios no se han recuperado al nivel de antes de la crisis, ni mucho menos. Y luego hay muchos contratos de chavales que acaben de obtener una titulación, con salarios de 400 euros al mes, que si son por diez horas de trabajo a la semana se justifica, pero estamos viendo que hay contratos de 800 euros al mes, brutos, por jornadas de 40 horas semanales. Pero las pymes y micropymes no son precisamente las que están abusando de ese tipo de empleo, si no empresas mayores.

P.- Los sindicatos reclaman una subida de salarios. ¿Es posible?
R.- Se debe hacer por sectores y por empresas. Hay sectores y empresas en concreto que no justifican que no se puedan subir porque están diciendo que han ganado 1.200 millones de euros, pero cuando el 70% de nuestras pymes están con pérdidas no les puedes exigir más, porque las abocas al cierre. Hay que hacerlo con mucha cabeza.

P.-En Toledo, uno de los grandes proyectos que se anuncia es el parque Puy du Fou, que cuenta con respaldo de los empresarios. ¿Cuáles son sus razones?
R.- En principio, apoyamos todo tipo de inversiones que vengan a la ciudad. Antes de dar un ‘sí’ mantuvimos varias reuniones con los promotores. Hemos visitado el parque en Francia, aunque no va a ser lo mismo porque allí llevan 40 años invirtiendo. Lo que sí vimos es el espíritu que quieren trasladar, el respeto a la naturaleza, cómo cuidan el entorno, el sonido, la luz. Hemos visto una calidad impresionante. No en vano, está declarado como el mejor parque temático cultural del mundo. En Toledo, quieren recuperar una parte de esa finca, donde se han fumigado permanentemente las cosechas, lo que quiere decir que el tratamiento no ha sido muy ecológico. Los promotores de Puy du Fou pretenden devolver esa zona a un estado natural con especies arbóreas que existen en la zona. Lo primero que hicieron fue buscarse un profesional en botánica para que les asesorase. No va a haber hoteles, porque Toledo está a ocho kilómetros de donde se va a construir el parque y quieren que sean la ciudad y los pueblos de alrededor los que presten ese servicio, con lo cual habrá más negocio. No hemos visto que perjudique a la ciudad ni que vaya a restar a la ciudad ni una hora de visita. Ellos no van a venir aquí a quitar nada, creo que nos van a dar mucho más.

P.- ¿Hay que poner coto al turismo en Casco de Toledo por la masificación?
R.- Hay mucha gente viviendo en el Casco y hay servicios para ellos. Hubo un momento en el que se despobló y ahora hay pocas casas vacías. El riesgo sería que la gente no habitara allí y se quedara una ciudad escaparate, es decir, centros oficiales y cuatro tiendas de turistas y ya está. No creo que haya señales de alarma que indiquen que hay que tomar medidas por la masificación. La ciudad lo puede sostener bien, está ordenada, tiene sus párkings y dispone de buena información para el turista.

P.-¿Qué proponen en Vega Baja?
R.- Hicimos la propuesta de que donde estuviera los restos principales se hicieran las calles. Y esas calles podían ser peatonales, con cristal, para que la gente viera lo que hay, porque ahora no lo ve nadie y no tiene ninguna utilidad. Se tendría que haber hecho una urbanización con cabeza, se deshace la parcelación que había y se hace otra nueva, que no pasa nada, y se distribuyen de otra manera las viviendas para dejar los restos sensibles a la vista. ¿Que la protección era más paisajística, como luego dijeron? Vale, yo también he empezado a oír que puede haber algún desarrollo urbanístico allí ahora. Decir que el ladrillo atenta contra el patrimonio… Si eso fuera cierto, Toledo no sería la ciudad que es.

P.- ¿Les ha ido bien a los empresarios de Castilla-La Mancha con un gobierno socialista?
R.- El empresario al PSOE en Castilla-La Mancha no le tiene miedo porque ha convivido con este partido treinta años. Ahora mismo Emiliano García-Page no asusta a ningún empresario. El PP gobernó cuatro años, pero volvió un Partido Socialista que para nosotros tiene unos contenidos muy moderados. No podemos hacer un mal balance de todos estos años en Castilla-La Mancha. Ha sido un gobierno que nos ha tenido en cuenta, hemos acordado líneas estratégicas con ellos y han salido bien. A los empresarios nos preocupan las radicalidades, tanto de un lado como de otro, porque siempre generan mucha inseguridad jurídica y mucha inestabilidad. El bipartidamismo nos ha ido muy bien a España y a la región. Ahora los dos partidos han propiciado, por su forma de hacer la cosas, que tengamos movimientos extremistas que asustan por su forma de ver la empresa. Por lo demás, en Castilla-La Mancha ha habido muy poca conflictividad laboral porque tanto sindicatos como empresarios hemos sido muy responsables y hemos hecho las cosas de común acuerdo, con los choques normales.

P.- ¿Ve el futuro económico con optimismo?
R.- Yo siempre soy optimista. Creo en la gente de este país, creo que tenemos un espíritu bastante conciliador, con muchas ganas de hacer cosas, con ganas de ayudar… A mí España me gusta por los españoles porque somos muy buena gente. Lo único, que muchas veces nos acogotan y nos quitan los recursos. Pero España es un país muy potente.

Texto: Ana Nodal de Arce. Foto: CECAM.