La Plataforma en Defensa del Tajo de Toledo surgió allá por 2009 como respuesta ciudadana ante un río agonizante. La sociedad civil se movilizó contra la falta de depuración de las aguas y contra esos injustos trasvases que han herido de gravedad al Tajo, que hoy encabeza la lista de patrimonio amenazado en Toledo. Alejandro Cano, el presidente de esta entidad, censura la desidia de los políticos y habla alto y claro sobre los intereses que Levante ha hecho prevalecer para esquilmar el Tajo.

“Es cierto que muchos han abanderado el Tajo, pero siempre de forma utilitarista”

Pregunta.-¿Qué ha conseguido la Plataforma desde su constitución?
R.- Si somos honestos, hemos conseguido que el trato que recibe el Tajo vaya a peor. Pero esto no es negativo, tiene el sentido de que cuando las cosas llegan a su límite significa que está cercano su fin. Creemos que el trasvase, que es uno de los problemas que tiene el Tajo está en cuestión y quienes lo defienden patalean todo lo posible en un último intento de salvarlo, pero el pozo cada vez está más oscuro.

P.-¿Preocupa el Tajo más allá de Toledo y Talavera?
R.- En estos años ha habido una defensa del río Tajo muy grande, no solamente por parte de la plataforma. En toda la cuenca del río Tajo, desde su nacimiento hasta Lisboa, hay un montón de colectivos de todo tipo, muy variopintos, generalmente locales, pequeños, que tenemos en común la defensa del río Tajo. Antes, en el 2007, se había creado la Red del Tajo, a la que pertenecemos. Por lo tanto, hemos conseguido que del Tajo se hable, que haya una organización civil, de ciudadanía en torno a la defensa del Tajo, que antes no existía. Nosotros el 19 de cada mes nos concentramos y conseguimos que vaya gente. Poca o mucha. Y eso es lo que nos empodera de alguna forma para que la desidia institucional que ha gobernado siempre y ha prevalecido, deje de prevalecer.

P.- ¿El Tajo está hoy más desprotegido legalmente que hace unos años?
R.- Efectivamente, porque al trasvase Tajo-Segura se le eximió de cualquier tipo de evaluación ambiental, algo que nunca ha pasado, y se introdujo con rango de ley una maniobra que escondía el decálogo del Memorándum que habían redactado el Gobierno de Murcia, el Gobierno de Valencia y el Ministerio. Los trasvases no solamente se han blindado sino que además, al estar en la ley, lo que se hace es abrir la puerta a que haya más trasvases, a que en todas las cuencas pueda haber trasvases.

P.-El río Tajo encabeza la lista roja del patrimonio en Toledo, según la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas. ¿Qué importancia tiene este dato?
R.- Es bastante relevante, porque estamos hablando de una Real Academia que no solamente vela por preservar el patrimonio integral de Toledo, sino que tiene argumentos sólidos, científicos, independientes, para tenerlo en cuenta. Aquí, lo que hubo en su día, a finales de los setenta, fue una unidad tremenda contra el trasvase. Jamás se ha hecho una manifestación tan multitudinaria en Toledo como la que hubo en aquellos momentos, pero entre los partidos tocaba hablar de democracia y, a partir de ahí, todo el mundo ha abandonado el tema del Tajo. Y ningún político ha tomado cartas en el asunto de forma seria, de forma rigurosa.

P.-Sin embargo el Tajo ha sido una bandera muy utilizada por los políticos.
R.- Es cierto que muchos han abanderado el Tajo, pero siempre de forma utilitarista, nunca con la intención verdadera de salvar el río. Más bien intentaban salvar su pellejo o salvar su imagen. Y ahí tenemos todo tipo de ejemplos: desde Bono, que alabó el Plan Hidrológico Nacional, que hablaba de la interconexión de cuencas, hasta Barreda, que puso como fecha de caducidad del trasvase el 2015, pero al mismo tiempo le hacía un trasvase al Guadiana. Y los ríos no son propiedad de ninguna Comunidad Autónoma, sino de sus cuencas. Y si nos vamos al gobierno del PP en Castilla-La Mancha, consiguió que mucha gente pensara que elevar el mínimo trasvasable a 400 hm cúbicos era la salvación del Tajo, cuando en realidad a partir de esa lámina de 400 hm cúbicos todo lo que entra es trasvasable. Y ha ido a peor. Y en el gobierno actual, a Page ya le tuvimos en Toledo cuando entró en la Alcaldía diciendo que en cuatro años nos íbamos a estar bañando en el Tajo y todavía no le he visto a él bañarse. En la Junta, lleva un año hablando de pactos del agua. No nos engañemos: pactos ha habido, conversaciones ha habido y han sido para repartirse territorialmente el agua, no para defender los ríos, que es una cosa muy distinta.

P.- ¿Siempre va a ganar Levante?
R.- En todos los repartos del agua, siempre el Tajo y cualquier cuenca que no sea del Levante van a salir perdiendo. Y eso siempre ha sido así porque el lobby, el poder lo tienen en Levante. Es una cuestión cultural, no es ideológica. Se ha construido la idea errónea de que al Levante, que tiene mucho sol, hay que dotarle de agua porque eso supone un gran beneficio desde el punto de vista del regadío, de la agroindustria. Se ha creado un emporio tremendo. Lo que ha pasado aquí es que el que tiene poder de decidir presiona al gobierno y no se atiene a criterios científicos ni de sostenibilidad.

R.-Además del trasvase, ¿qué otros problemas acucian al Tajo?
R.- En el tiempo, el primero es Madrid. El río Tajo se convirtió en un estercolero como consecuencia del desarrollo de Madrid. Después la puntilla la puso el trasvase porque le quita el agua natural. ¿Se puede cuantificar la vida de un río? ¿Podemos poner precio a una catedral? El patrimonio no es para venderlo. Si lo vendes, te quedas sin dinero y sin patrimonio.

P.- ¿Qué se puede hacer ante esta situación? Porque hay que actuar…
R.- Hemos hecho modestamente lo que hemos podido, hemos escrito a la Unesco, le hemos contado que el patrimonio este primigenio es una continua amenaza al resto de patrimonio de Toledo, hemos pedido que envíen una delegación para constatarlo y que mientras tanto pongan a Toledo en la lista roja de Patrimonio amenazado, que no significa que le quitan el galardón de Patrimonio de la Unesco, ni mucho menos. De hecho, esa lista es una herramienta que tiene la Unesco para proteger y dotar de más recursos, para que se hagan gestiones diplomáticas, para que se haga presión ante el Gobierno de España.

P.- ¿Cree en el fin del trasvase?
R.- El trasvase va a acabar sí o sí. Por las buenas o por las malas. Por las buenas porque tengamos el juicio suficiente para ponerle fin y por las malas, porque no hay agua. La cabecera del Tajo ha estado casi un año, once meses, sin poder hacer trasvases. Y no ha pasado nada. Por otro lado, todas las poblaciones han empezado a desarrollarse con lo que tenían a su alrededor: el que tenía mucha agua, con mucha y el que tenía poca, con poca. Lo suyo es que cada uno utilice sus recursos para desarrollarse. Lo que está ocurriendo en Murcia es que precisamente la zona más seca de Europa es la que se erige como huerta de Europa. No tiene ningún sentido.

P.- ¿Será posible alguna vez volver a bañarse en el Tajo?
R.- Posible es. Solo es cuestión de voluntad política. Tenemos la obligación de depurar nuestras aguas perfectamente. Si lo hacemos y si dejamos a los ríos que corran, lo conseguiremos. Es posible que a la vuelta de cuatro o cinco años podamos tener ríos vivos. El problema es que los ríos están absolutamente secuestrados en los embalses de cabecera. A partir de ahí se les deja correr no porque el río lo necesite, no nos engañemos, sino porque las hidroeléctricas y los regadíos se van a aprovechar de ese agua. Por otra parte, además de la depuración, hay que dejar que los ríos funcionen como verdaderos ríos. Pero en el caso de Toledo, el Tajo medio está convertido en una cloaca a cielo abierto, de detritos de Madrid. No hace falta más que asomarse a los puentes.

P.- ¿Por qué se consiente?
R.- La ley se incumple, pero se justifica su incumplimiento bajo cincuenta paraguas. Una cosa que ocurre muchísimo aquí en España y que suelen hacer todos los gobiernos es escudarse en las condiciones de excepcionalidad que toda ley tiene. Y ahí está que el propio Gobierno de España declare el trasvase Tajo Segura como de interés general y no se entiende que sea una afección al río Tajo. Y lo han sacado del debate. Hemos tenido gobiernos de los dos colores y ninguno ha hecho nada.

P-¿Es optimista ante el futuro de nuestro río?
R.- Yo soy optimista en el futuro del Tajo. Si no, no estaría defendiéndolo.

Texto y foto: Ana Nodal de Arce